Un candado electrónico es un dispositivo de seguridad que utiliza tecnología electrónica para controlar y gestionar el acceso. A diferencia de los candados tradicionales que utilizan llaves físicas, los candados electrónicos emplean diversos métodos de autenticación, como códigos PIN, tarjetas magnéticas, huellas dactilares, Bluetooth, NFC (Near Field Communication) o incluso reconocimiento facial para permitir o restringir el acceso a un determinado espacio o bien.
Mayor Seguridad: La autenticación electrónica proporciona un nivel de seguridad superior en comparación con los candados tradicionales. La mayoría de estos dispositivos cuentan con medidas avanzadas de cifrado y protección contra manipulaciones no autorizadas.
Gestión de Acceso Remoto: Algunos candados electrónicos permiten la gestión del acceso de manera remota a través de aplicaciones móviles o plataformas en línea. Esto es especialmente útil para administrar el acceso a distancia o para revocar permisos de manera rápida.
Registro de Actividad: Los candados electrónicos suelen tener la capacidad de registrar y almacenar datos sobre las actividades relacionadas con el acceso, como quién lo abrió, cuándo y durante cuánto tiempo. Esto puede ser valioso para auditorías de seguridad o para investigaciones posteriores en caso de incidentes.
Flexibilidad en la Autenticación: Los candados electrónicos ofrecen opciones versátiles de autenticación, desde códigos PIN hasta tecnologías más avanzadas como el reconocimiento biométrico. Esto permite adaptarse a diferentes niveles de seguridad requeridos para diferentes situaciones.
Alertas y Notificaciones: Algunos candados electrónicos pueden enviar alertas y notificaciones en tiempo real, informando sobre intentos de acceso no autorizados o cualquier actividad sospechosa.
Durabilidad y Resistencia: Muchos candados electrónicos están diseñados para ser resistentes a condiciones climáticas adversas y ataques físicos. Su construcción robusta contribuye a su durabilidad a largo plazo.